NOTA:Hacer luz de gas es una forma de abuso psicológico que consiste en presentar información falsa para hacer dudar a la víctima de su memoria, de su percepción o de su cordura.
De todos los rasgos atribuidos a las Mujeres en el Espectro Autista, queda uno que no sólo sigue sin ser reconocido como un rasgo válido, sino que también ha sufrido el destino de ser reconstruido por los profesionales como una razón para negar a las mujeres un diagnóstico.
El rasgo al que me refiero es el de desarrollar un fuerte sentido de autoconciencia.
En casi todas las descripciones de las experiencias de las mujeres con el Síndrome de Asperger (TEA1) hay evidencia del desarrollo de un temprano e inexplicable sentido de "alteridad.”
Este sentido de 'alteridad' se expande exponencialmente a medida que las niñas crecen y se desarrollan un agudo sentido de autoconciencia.
A su vez, su fuerte sentido de autoconciencia aumenta su sensibilidad hacia todas y cada una de las experiencias que sugieren o confirman sus percepciones de sí mismas como diferentes.
Sin duda, mientras están en la escuela, las niñas del espectro no diagnosticado se encontrarán con un sinfín de situaciones que expondrán sus respuestas y reacciones como diferentes a las de su entorno.
Como resultado, muchas niñas del espectro pueden tener dificultades para relacionarse con sus pares y sentir que tienen muy poco o nada en común con ellas.
Dado que las jóvenes todavía no están sujetas a la presión de conformarse, muchas elegirán tranquilamente perseguir sus propios intereses en lugar de tratar de fingir un interés en las actividades de sus compañeros.
Por lo tanto, se puede considerar que las experiencias tempranas en el patio de la escuela refuerzan y exacerban el ya fuerte sentido de "alteridad" que muchas jóvenes del espectro sienten, pero que no necesariamente consideran que sea un problema para ellas.
No es sino hasta que llegan los años de la adolescencia cuando "sentirse diferente" se convierte realmente en un problema.
Durante este tiempo, el peso combinado de las presiones de los padres, de los compañeros y de la sociedad para conformarse comienza a ejercerse sobre ellas.
De repente se encuentran con que todos y cada uno de los niveles previos de tolerancia y aceptación hacia su singularidad de ser, son reemplazados por el mensaje de que su derecho a perseguir felizmente sus propios intereses, ha sido irrevocable e irracionalmente rescindido sin su consentimiento.
Ahora se espera que actúen como todos los demás y que disfruten participando sólo en aquellas actividades que se consideren apropiadas para que las adolescentes se involucren.
Estos cambios radicales e inesperados abren un período de abrumadora confusión personal y de sobrecarga sensorial, ya que la capacidad de escapar a sus propias zonas confortables de "interés personal" les es arrebatada sin ceremonias.
Durante este tiempo, algunas niñas en el espectro comenzarán a experimentar colapsos (meltdown) debido a no poder escapar de las presiones sensoriales o emocionales que las rodean.
A menudo, estos colapsos serán considerados erróneamente como actos deliberados de rebelión y serán castigados en consecuencia.
Algunas niñas dentro del espectro, por otro lado, se dedicarán a la tarea de intentar averiguar exactamente cuáles son las nuevas reglas de combate para buscar cualquier oportunidad que les permita seguir persiguiendo sus propios intereses sin caer en la trampa de sus compañeros.
Este es a menudo un proceso de ensayo y error que todavía tiene el potencial de atraer el castigo para cualquier y todas las infracciones sociales inadvertidas.
Sin embargo, independientemente de la opción que elija una adolescente no diagnosticada, todas las consecuencias tienden a conducir a la misma experiencia de daño psicológico.
Los daños psicológicos experimentados incluyen:
Un sentido extremo de desorientación personal.
Confusión sobre lo que ha ocurrido.
Erosión de su antiguo y fuerte sentido del yo.
Duda de sí mismo.
El comienzo de la creencia de que ser diferente es equivalente a estar equivocado.
Creación de la creencia de que nunca le gustarán a nadie por quién y cómo son realmente.
Aceptación de la idea de que no pueden ser ellas mismas y aún así ser queridas.
La combinación de todos estos daños psicológicos explica la abrumadora sensación de confusión social, la falta de autoestima, la falta de confianza y la propensión a la autodefensa que muchas mujeres adultas autistas (tanto diagnosticadas como no diagnosticadas) dicen experimentar.
Cabe destacar que todos los mensajes negativos que las niñas/mujeres autistas no diagnosticadas experimentan mientras crecen, producen las mismas respuestas que uno esperaría encontrar en un individuo que ha sido víctima de manipulación o abuso emocional y psicológico prolongado.
Otro término que se ha aplicado más recientemente para describir la forma en que esta forma de manipulación emocional y psicológica puede ser entregada sutilmente es Hacer Luz de Gas (gaslight).
Hacer Luz de Gas es famosa por crear una sensación de desorientación personal y de auto-duda en aquellos a los que se aplica.
Sin embargo, tristemente, el proceso de Hacer Luz con Gas para las adolescentes no diagnosticadas no termina cuando llegan a la edad adulta.
Para muchas mujeres que se reconocen dentro de espectro autista femenino más tarde en la vida, el proceso de buscar la comprensión y la validación en forma de un diagnóstico de un profesional, a menudo conduce a otra ronda de luz de gas.
Si una mujer expresa la capacidad de reconocer y comprender que puede ser autista, los profesionales le dicen que es demasiado consciente de sí misma como para estar en el espectro del autismo y se la despide sumariamente.
Si una mujer expresa el sentimiento de que puede haber sido defraudada por otros o traicionada por una sociedad que sólo valora ciertas formas de ser, los profesionales le dicen que tiene un complejo de persecución y es despedida sumariamente.
Si una mujer expresa la capacidad de sentir amor, empatía o incluso insinúa el potencial de tener sentido del humor, los profesionales le dicen que no puede estar en el espectro autista ya que las personas autistas (según algunos) carecen de la capacidad de sentir cualquiera de estas cosas.
Si una mujer está casada, tiene una relación o tiene hijos, los profesionales le dicen que no puede estar en el Espectro Autista ya que obviamente tiene tanto la capacidad de mantener una relación como de cuidar de los demás. Las mujeres autistas (supuestamente) no pueden hacer esto.
Si una mujer es soltera, recluida y/o desempleada, los profesionales le dicen que está sufriendo de depresión y que todos sus otros problemas desaparecerán una vez que empiece a tomar la medicación y empiece a salir más.
Y lo peor de todo es que si una mujer es educada, articulada y bien informada sobre el Autismo Femenino y por qué siente que pertenece a él, los profesionales le dicen que se inventa cosas sobre sí misma para llamar la atención y en su lugar le diagnostican un Trastorno de Personalidad o un Trastorno Bipolar.
La tendencia de aquellos dentro de la profesión psicológica de negar constantemente la validez de la comprensión de una mujer autista de sí misma, en lugar de reinterpretar y reinventar sus palabras como evidencia de que es demasiado consciente de sí misma para estar en el espectro del autismo, es en sí misma, la última forma deja ver Luz de Gas.
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